El suelo antiestático es aquel que ofrece aislamiento eléctrico frente a las cargas de electricidad estática que se acumulan cuando andamos o nos movemos. Así, hace desaparecer esa especie de calambre o shock que podemos llegar a sentir cuando estamos en contacto con otra superficie.
Para que el suelo laminado vinílico o la tarima flotante sean reconocidas como antiestáticas, deben cumplir una normativa que confirma su cometido: UNE-EN 1815.
Lo bueno de estos suelos antiestáticos es que traen consigo muchas otras ventajas:
- pueden reducir considerablemente la aglomeración de polvo y pelusa.
- Su limpieza es muy fácil, con tan solo mopa húmeda y jabón de pH neutro.
- Pueden ofrecer mayor resistencia a golpes, arañazos o abrasiones.
- No requiere mantenimientos grandes como lijado y barnizado de parquet, por ejemplo.
- Aporta una pisada cómoda.
- Pueden ser aptas también para exteriores
- Dispone de muchos diseños donde elegir: color, imitaciones de tipos suelos de madera, etc.
Este suelo laminado con propiedades antiestáticas puede ser perfecto para tu hogar, pero sobre todo es importante instalarlo en sitios de trabajo como industrias eléctricas, platós, quirófanos, almeces de productos explosivos e inflamables o en estudios fotográficos.