Aunque existen otras técnicas de acabado para el parquet como cera o aceite, el barniz suele ser el más utilizado para dar ese toque final al suelo. El barnizado garantiza un rendimiento más duradero, y otorga una mayor resistencia a la madera lo que a futuro implica un menor mantenimiento y mayor facilidad en la limpieza de nuestro suelo.
Lo primero antes de empezar el barnizado es preparar correctamente el parquet. Es necesario utilizar productos desengrasantes, enjuagar bien y dejar secar. Además, en caso de que el parquet haya sido barnizado previamente, es necesario aplicar un producto químico especial de pintura para eliminar esa capa antigua. Una vez hecho esto, hay que prestar atención a posibles imperfecciones como agujeros o grietas y rellenarlos con productos específicos para la madera.
La elección del barniz también es un punto importante en el proceso así como seguir al pie de la letra las instrucciones del mismo. En general se recomienda aplicarlo en áreas ventiladas para favorecer la dispersión de cualquier sustancia nociva que lleve el producto. En cuanto a tipos de barniz existen varias opciones: el llamado lasur, el barniz en aerosol o el que se aplica directamente con pincel (suele ser el más utilizado y el más fácil de usar). Hoy en día, existen productos eco-sostenibles, con sustancias menos nocivas y peligrosas como los barnices a base de agua.
Antes de aplicar el barniz es importante lijar el suelo con papel de lija para alisar toda la superficie. A continuación, siguiendo las instrucciones, se diluye el barniz con el diluyente en las proporciones adecuadas y se aplica la primera capa. Normalmente se necesitan al menos dos capas para obtener un buen resultado. Para ello debemos dejar secar bien la primera, lijar suavemente para favorecer la absorción del producto y después aplicar la segunda capa.