A todo el mundo le gusta disponer de una zona verde, sin embargo, no todos podemos permitirnos el lujo de cuidar adecuadamente una zona de césped natural (que requiere de un sistema de riego adecuado, entre otras cosas), así que el césped artificial es una gran alternativa al alcance de todos los bolsillos además de ser relativamente sencillo de colocar, mantener y limpiar.
El césped artificial puede colocarse sobre cualquier tipo de superficies, pero lo más habitual es colocarlo sobre suelos de tierra, en jardines, para reducir los cuidados, o sobre baldosas en patios y terrazas. Lo primero es preparar bien el terreno, es decir, arrancar todas las malas hierbas, rociar el terreno con herbicida y esparcir arena o grava por encima para igualarlo y que no queden huecos bajo el césped. También sería recomendable pasar un rodillo para asentar y alisar la tierra.
Inicialmente se coloca una malla anti-hierbajos para evitar que vuelvan a crecer bajo el césped artificial. Para fijar la malla al terreno es conveniente usar el martillo y clavos largos y solapar cada tira de malla con la siguiente. Es importante cubrir todo el terreno.
A continuación se cortan los rollos de césped con un cúter grande. Es importante tomar bien las medidas previamente para que el resultado sea el mejor posible. Una vez cortado, se coloca la banda adhesiva bajo el césped en las juntas entre distintas piezas asegurándonos que ambas piezas queden bien pegadas a ella. Para reforzar la unión, clavaremos un clavo cada metro aproximadamente, siguiendo la línea de las juntas.
Para darle un acabado más natural, repartiendo arena de sílice sobre el césped. La arena es opcional, pero le da un toque más natural al pisarlo, evita que el césped se recaliente en verano y además ayuda a mantener erguidas las «hojas». Si se usa, hay que esparcirla y luego cepillar el césped para que se reparta bien, de manera uniforme.
Sobre baldosas, la instalación es más simple, ya que no se trata de una superficie desigual. No obstante, es más difícil asegurarlo para que no se mueva. Los pasos a seguir serían los tres últimos del apartado anterior, evitando por supuesto el uso de clavos, martillos y otras herramientas agresivas para las baldosas. En este caso, y en cualquier otro suelo duro, como el cemento o la piedra, la colocación se hace sólo con las cintas autoadhesivas y, si se puede, con algún tipo de cola de impacto o silicona de sellado en los bordes exteriores de la zona en la que se coloque el césped.
En algunos casos, cuando la colocación de césped artificial se va a hacer de manera combinada con la colocación de tarima sobre un suelo duro preexistente, como en el entorno de piscinas, por ejemplo, es importante colocar primero la tarima y luego el césped, ya que así evitaremos que el serrín de los cortes de la tarima caiga sobre el césped y, además, es más sencillo adaptar los cortes de césped a la tarima que la tarima al césped.