Los pisos de madera son una elección popular por su calidez, belleza natural y capacidad para agregar valor a una vivienda. Sin embargo, cuando llega el momento de elegir el tipo de piso de madera adecuado, muchas personas se enfrentan a la decisión entre la tarima maciza y la tarima flotante.
Ambas opciones tienen ventajas significativas, pero difieren en su composición, instalación y durabilidad.
Diferencias en los materiales y la composición
La diferencia más notable entre la tarima maciza y la tarima flotante radica en su composición.
Como su nombre indica, la tarima maciza está hecha de una sola pieza de madera natural. Cada tabla es sólida desde la superficie hasta el núcleo, lo que la convierte en una opción extremadamente duradera y robusta. Las maderas más comunes utilizadas en este tipo de tarimas son el roble, el arce, el nogal, y otras especies de alta calidad.
Aunque el término «flotante» se refiere al método de instalación, generalmente este tipo de piso está hecho de madera de ingeniería o laminado. La madera de ingeniería consiste en varias capas de madera contrachapada o MDF, con una capa superior de madera noble, lo que le da la apariencia de madera maciza, pero con mayor estabilidad. Por otro lado, el laminado tiene una capa superior sintética que imita la madera, siendo una opción más económica.
Diferencias en la instalación
La tarima maciza requiere una instalación más compleja, ya que las tablas se clavan o pegan directamente al subsuelo. Este tipo de instalación es más duradera, pero también más costosa y requiere mano de obra especializada. Además, necesita un subsuelo adecuado y puede ser necesario lijar y aplicar un acabado en el sitio.
La tarima flotante se llama así porque no está adherida al subsuelo; en su lugar, las tablas se unen mediante un sistema de clic, lo que permite que «flote» sobre el suelo. Este método de instalación es mucho más rápido y sencillo, y puede realizarse sin necesidad de retirar el piso preexistente, lo que la convierte en una opción de bricolaje popular. Además, puede instalarse sobre diferentes tipos de superficies, como losas de hormigón o cerámica, sin mayores problemas.
Diferencias en la durabilidad y resistencia
La tarima maciza, al estar hecha completamente de madera natural, es extremadamente duradera y tiene una larga vida útil. La ventaja principal de este tipo de tarima es que puede lijarse y restaurarse varias veces (hasta 8 o 10 veces) a lo largo de su vida. Esto permite eliminar rayones, manchas y restaurar el acabado, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan una solución a largo plazo.
En el caso de la madera de ingeniería, solo se puede lijar y restaurar una o dos veces, debido al grosor limitado de su capa superior de madera noble. La tarima laminada, por su parte, no puede lijarse ni restaurarse, lo que significa que una vez que se daña, es necesario reemplazar las tablas afectadas.
La tarima flotante de ingeniería es más resistente a los cambios de temperatura y humedad, lo que la hace adecuada para áreas con fluctuaciones climáticas o sistemas de calefacción por suelo radiante.
Diferencias en la resistencia a la humedad
Uno de los factores clave a considerar al elegir entre tarima maciza y flotante es la resistencia a la humedad.
La tarima maciza es más susceptible a la expansión y contracción debido a la humedad y los cambios de temperatura. Por esta razón, no se recomienda instalarla en áreas como sótanos, baños o cocinas, donde los niveles de humedad suelen ser más altos.
La madera de ingeniería es mucho más estable frente a la humedad, gracias a su construcción multicapa. Esto la convierte en una excelente opción para zonas con variaciones de temperatura o donde la humedad puede ser un problema. La tarima laminada, aunque no es de madera natural, también ofrece buena resistencia a la humedad debido a sus materiales sintéticos.
Diferencias en costos
El costo es otro factor a considerar, ya que las diferencias en materiales y complejidad de instalación afectan significativamente el precio.
La tarima maciza suele ser más costosa tanto en materiales como en instalación debido a la calidad de la madera natural y al proceso más laborioso que requiere su fijación al suelo.
La tarima flotante es, generalmente, más económica, especialmente la opción laminada. Además, los costos de instalación son más bajos, ya que el sistema de clic reduce la necesidad de mano de obra especializada.
Diferencias en la estética y sensación
La tarima maciza ofrece una apariencia auténtica y única, ya que cada tabla tiene un patrón de vetas y tonalidades naturales que varían. La sensación bajo los pies es sólida y cálida, lo que añade un toque de lujo a cualquier espacio.
La madera de ingeniería puede replicar casi perfectamente el aspecto de la maciza, pero la tarima laminada, aunque imita bien la apariencia de la madera, no ofrece la misma textura o calidez natural.
Como ves, ambas opciones tienen sus ventajas. La tarima maciza es ideal si buscas autenticidad, durabilidad y la posibilidad de restaurar el piso varias veces. Sin embargo, la tarima flotante, especialmente la de madera de ingeniería, ofrece una mayor facilidad de instalación, mayor estabilidad frente a la humedad y un menor costo. La elección dependerá de tus necesidades, presupuesto y del lugar donde planees instalarla.
Conoce nuestra variedad de tarimas para todos los gustos y presupuestos.