Tener parquet en casa nos garantiza que el suelo tenga un aspecto mucho más cuidado y sobre todo que podamos pisar descalzos sin sentir demasiado el frío, pero como cualquier otro pavimento el parquet también se mancha a diario, de modo que es importante conocer cómo limpiar el parquet correctamente.
El parquet sigue siendo uno de los suelos más utilizados, pero también es de los más delicados. Cualquier pisada con una suela sucia, gota de agua o cualquier otro líquido, o simplemente las migas de la comida, son elementos susceptibles de provocar que la mancha ya no se vaya o incluso que el suelo acabe rayado.
En primer lugar debemos limpiar el polvo que pueda haberse acumulado además de pelusas o los restos de pelos si tenemos mascotas en casa. La aspiradora es perfecta para esta labor, ya que también ayuda a alcanzar los puntos más difíciles. Alternativamente puedes quitar el polvo del parquet con un paño antiestático que puede capturar el polvo de manera efectiva o también, un paño de microfibra húmedo para hacerlo quedar más brillante.
En el caso del parquet engrasado, con una fregona de microfibra húmeda y escurrido sería suficiente para la limpieza mientras que para el parquet barnizado podemos utilizar una fregona de microfibra húmeda y escurrida con agua y vinagre. Con respecto al agua que utilicemos para limpiar, es importante no verterla directamente sobre el suelo, sino humedecer y retirar rápidamente el exceso puesto que se puede dañar el parquet si se infiltran gotas en las micro-grietas entre una tabla y otra.
Si queremos limpiar más en profundidad, el alcohol es uno de los productos más recomendables. Sin embargo, descartaremos cualquier producto como detergentes de amoníaco o lejía. Después del lavado es importante pulir el parquet procediendo siempre siguiendo la dirección de colocación de la madera. Para pulir, y también para eliminar cualquier rasguño, se puede utilizar un paño en el que verteremos unas gotas de aceite de oliva.
Para pulir el parquet también puedes usar ceras para restaurar la madera, lo importante es usarlas de vez en cuando para evitar crear una pátina resbaladiza que podría crearse con la capa de la cera. Incluso puedes crear tu propia cera natural: mezcla aceite de linaza, con un cuarto de limón al que también puedes agregar unas gotas de aceite esencial de limón y naranja. El resultado será perfecto.