El aceitado en madera es el proceso en el que el aceite se impregna a los poros de ésta, consiguiendo una apariencia más natural si se compara con el efecto de un barnizado convencional.
Los acabados al aceite en suelos de tarima, parquet laminado o, incluso, tarima flotante exterior, son los más naturales, ecológicos y menos tóxicos del mercado, aunque existe la opción de los barnices al agua para poder disfrutar de la madera en todo su esplendor.
El mantenimiento del suelo de madera aceitado es fácil y puede hacerse en varios pasos:
- Limpieza regular: para mantener este suelo limpio, libre de polvo y suciedad, puedes utilizar una aspiradora con un accesorio de cepillo suave, una mopa seca o escoba de cerdas suaves. La frecuencia será la que tú creas conveniente.
- Limpieza húmeda: pero sin exceso de agua. Para una limpieza más profunda, usa una mopa húmeda con un producto específico para suelos aceitados con pH bajo. Evita los productos llamados “multiusos” ya que rebajan el brillo del suelo tratado.
- Secado: en el caso de que se derrame líquido u otras sustancias es conveniente quitarlo inmediatamente para evitar manchas y otros daños.
- Replicación de aceite: esto dependerá del desgaste del suelo, de si está instalado en interior o exterior y de la cantidad de agua que recibe cuando se limpia. Evidentemente, si la superficie aceitada está en exterior, su mantenimiento y cuidados serán mas frecuentes ya que recibe directamente las inclemencias climatológicas como sol directo o lluvia. En el caso de un suelo aceitado de interior: si su desgaste es bajo o medio la replicación podrá ser de 2 a 3 veces al año. Pero si el desgaste es mayor habrá que reaplicar el aceite hasta en 4 ocasiones. Es muy importante que esto se haga con el suelo totalmente limpio o los poros no absorberán los nutrientes del aceitado.
La elección de este acabado u otro como, por ejemplo, barniz al agua, dependerá de la estancia, el suelo que tengas, del tránsito que ese suelo tenga y, por supuesto, de tus gustos y preferencias.