Seguramente el verano halla hecho algo de mella en la madera que tengas en el exterior: muebles, tarima flotante exterior… Es normal, el calor y los rayos del sol suelen resecar y dañar. Por eso, es muy importante que tu madera vuelva a recibir un tratamiento de cara al otoño.
Si no la proteges adecuadamente, es posible que el otoño termine de estropearla debido a las lluvias y los contrastes de temperatura. La madera envejece, pierde el color y toda su hidratación pudiendo atraer a insectos, lo que se traduce en carcoma.
Lo mejor es que ahora la madera reciba un tratamiento hidrófugo y fungicida, es decir, que evite la humedad y repele a los insectos. Se aconseja que el producto sea de poro abierto porque así penetrara en la madera para proteger desde dentro. También hay fórmulas que protegerán a la madera de los rayos UV.
En muchas ocasiones se hace uso de un corriente barniz de tarima exterior, pero éste no deja transpirar la madera y provoca grietas. Es mejor hacer uso de tratamientos, barnices o aceites especializados en proteger a madera en estas ocasiones. Preferiblemente que sean penetrantes, que dejen transpirar a la madera y que así se eviten las grietas.
Para aplicar estos productos se aconseja realizar primero el lijado previo para abrir el poro y deshacernos de los restos del barnizado o tratamiento anterior. Después hay que retirar todo el polvo y restos de suciedad con un paño húmedo. Así se podrá proceder a la aplicación del tratamiento